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viernes, 6 de febrero de 2015

Playa de las estrellas (Panamá)



Nadar bajo el sol tiene un encanto especial. Se trata de un hábitat de aguas poco profundas y oleaje sereno, y en el fondo se aprecian enormes estrellas de mar rojas, amarillas y anaranjadas. Estos particulares seres marinos, que aquí se cuentan por decenas, son el verdadero motivo de atracción de los visitantes que se aplican a descubrirlas con sólo mirar a través de las aguas verde-azules del mar que rodea la isla Colón, una de las tantas que forman el archipiélago de Bocas del Toro.
En el resto de la isla, bosques, ríos, arroyos y pantanos se alternan con los arrecifes coralinos de la costa y los exuberantes manglares.

Grandes, pequeñas, rojas, naranjas, amarillas... En la playa de Boca del Drago las estrellas de mar se cuentan -y encuentran- a decenas. Posadas sobre la arena, junto a la orilla y perfectamente visibles a través de las límpidas aguas del Caribe. A este lugar sólo llegan algunos isleños y los viajeros que han oído hablar de la playa de las estrellas (hay que caminar una media hora desde Boca del Drago hasta dar con el punto exacto, o bien acceder en lancha). No se sabe el porqué de tanto equinodermo en su lecho marino, pero lo cierto es que la prodigalidad de la naturaleza panameña lo ha convertido en un rincón muy especial. Todos los tópicos del Caribe de postal se cumplen aquí a rajatabla: aguas cristalinas, mar en calma, arena blanca y una frondosa vegetación que hacia el interior se convierte en un bosque tropical. En la playa de las estrellas poco más se puede hacer que tomar un baño, bucear o hacer snorkeling, tomar el sol en la orilla... y hacerse la foto de rigor con las gigantescas estrellas de mar -sin tocar, por favor-.

Para llegar hasta aquí primero hay que situar en el mapa Boca del Drago. Se trata de una aldea al norte de Isla Colón, en el archipiélago de Bocas del Toro, que a su vez se localiza en el extremo noroeste de Panamá. Aunque hoy ponemos el acento en la playa de las estrellas, esta isla ofrece otros paisajes espectaculares: la propia aldea de Boca del Drago estásitiada por una jungla donde conviven armadillos, pacas, varios tipos de ranas, perezosos, mapaches y monos. Y a pocos minutos en barco se encuentra Swan's Cay o Isla de los Pájaros, un islote rocoso que sobrevuelan continuamente alcatraces, fragatas, pelícanos y gaviotas... que se observan a distancia, puesto que el acceso a este santuario de las aves está prohibido.

Donde sí puede pasear es en Bocas del Toro, la población principal de Isla Colón. Destino atípico y entrañable de calles sin asfaltar, casas de madera pintadas de brillantes colores y ambiente afrocaribeño. La paulatina llegada de turistas ha sacado a esta localidad de un largo periodo de letargo y declive económico. Las elegantes casas que hace más de cien años estuvieron habitadas por los barones del plátano, altos cargos de la compañía norteamericana United Fruit Co., hoy se han reconvertido en hoteles de atmósfera nostálgica -no espere muchos lujos-, restaurantes y pintorescos bares cuya pista de baile está construida directamente sobre el mar.


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